Las tarjetas de crédito revolving han ocupado este año un lugar en el Tribunal Supremo, pues el tipo de interés que se ha aplicado, en algunos casos, ha conllevado una sentencia por usura. Pero, ¿qué es una tarjeta revolving? A continuación vamos a explicar qué son, cómo funcionan, cuáles son sus riesgos y cómo reclamar una tarjeta revolving.
Qué es y cómo funciona la tarjeta revolving
Las tarjetas revolving son parecidas a las tarjetas de crédito, sin embargo presentan una gran diferencia: mientras que las tarjetas de crédito nos permiten devolver toda la deuda adquirida al siguiente mes, las tarjetas revolving solo permiten devolver la deuda a plazos, extendiendo de esta manera la fecha de vencimiento de la deuda y sumándole elevados intereses cada mes. Es decir, con una tarjeta revolving, una vez se ha agotado el saldo de nuestra cuenta, podemos tomar prestado un dinero que deberemos ir devolviendo mensualmente y según las cláusulas que hayamos aceptado en el contrato de la tarjeta.
Cuáles son sus riesgos
El principal riesgo que conlleva una tarjeta revolving es el tipo de interés vinculado a ella y el efecto de “bola de nieve” que puede generar. Dependiendo del tipo de interés y la cuota mensual a pagar, se puede llegar al absurdo de que, aun cumpliendo con todas las mensualidades, la deuda no disminuya y se convierta en vitalicia. En este sentido, la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin) ha elaborado un ejemplo sobre ello: por una deuda de 1000 euros con una tasa anual del 25,61 % y una cuota mensual de 25 euros, tardaríamos 6 años y 10 meses en saldar la deuda. Lo que significaría que se habrían pagado 2031 euros, de los cuales 1031 euros habrían sido intereses.
Así pues, es aconsejable que, antes de recurrir a una tarjeta revolving, se estudie la posibilidad de solicitar un préstamo personal.
Cómo reclamar las tarjetas revolving
La sentencia de fecha de 4 de marzo de 2020 del Tribunal Supremo establece que los tipos de interés superiores al 20 % pueden ser considerados como abusivos; ya que, según establece la Ley de Usura, está prohibido prestar dinero con intereses “leoninos”. De esta manera, en caso de tener una tarjeta revolving con un interés de este tipo, deberíamos tramitar una reclamación a la entidad con la que hayamos contratado la tarjeta reclamando los intereses pagados de más. Para ello, deberíamos reunir toda la documentación que haga referencia a nuestra tarjeta, crédito y pagos. En caso de que el banco no responda a nuestra reclamación, deberemos optar por la vía judicial y acudir a un abogado, preferiblemente especializado en este tema, pues nos podrá unir a una demanda colectiva.
Más de dos millones de personas en España podrían estar afectados por los intereses de este tipo de tarjetas. Una cifra que subraya la importancia de analizar detalladamente las cláusulas y el tipo de crédito o préstamo que vayamos a solicitar. En el caso de que el contrato sea de difícil comprensión, como suele ser la norma con las tarjetas revolving, será mejor que optemos por otra vía de financiación o que acudamos a un asesor financiero.