Una de las plagas más habituales en los campos de cultivo es la ocasionada por la pudenta, conocida popularmente como chinche verde. Afecta a numerosos cultivos herbáceos, como el tomate, pimiento, melón o pepino, aunque también puede presentar una plaga en los campos de cereales, muy especialmente en los arrozales, trigales y cultivos de soja. En este artículo veremos en detalle qué es la pudenta y cómo podemos combatirla para que no afecte a los campos salmantinos.
Características de la pudenta
La Nezara Viridula, conocida coloquialmente con los nombres de pudenta, chinche verde, chinche pestosa o panderola, es un insecto hemíptero que se caracteriza por el desagradable olor que despide cuando se siente amenazada. Aunque prefiere los lugares cálidos, la pudenta tiene la capacidad de adaptarse a distintos climas. Incluso puede hibernar en algún resquicio resguardado hasta la llegada de la primavera.
Este insecto, que mide poco más de un centímetro, se desplaza con facilidad y se camufla también con relativa sencillez debido a su color y su cuerpo plano. De esta forma, es complicado detectarla. Igualmente, la chinche verde se alimenta de los jugos vegetales de las plantas, por lo que se dificulta también detectar a primera vista el daño que ha ocasionado.
Sin embargo, si examinamos detenidamente las hojas, advertiremos que estas han sido picadas, pues pueden presentar deformaciones y romperse con facilidad, además de que los frutos pueden desarrollarse con manchas, fisuras, decoloraciones y hasta deformaciones. Hay que añadir que su puesta es fácil de advertir, pues pone sus huevos en el envés de la hoja en una curiosa forma de panal de abeja, que comprende un elevado número de huevos (de 30 hasta 120).
Cómo combatir la pudenta
Para combatir a la chinche verde, necesitamos aplicar insecticidas en los campos, preferiblemente en los primeros momentos de la aparición de la plaga, que es cuando más vulnerable se encuentra.
En los invernaderos con cultivos profesionales, existe una medida alterna que es la de realizar un control biológico. Podemos hacerlo mediante parasitoides, como la Trichopoda Pennipes, el Trissolcus Basalis o la Hippodamia Convergens. También se pueden encontrar otras alternativas ecológicas, como el purín de ortiga o el extracto de Neem. Finalmente, hay que recalcar que también se debe mantener un control estricto para eliminar las malas hierbas.
Si no tenemos cuidado con la prevención de la plaga de la pudenta y esta acaba atacando nuestros campos, la consecuencia será una menor cosecha, además de malformación en los frutos. Las pérdidas pueden llegar a ser enormes, por lo que es absolutamente necesario realizar una campaña de la pudenta.
Como ejemplo de una buena prevención, tenemos el caso de éxito de la Campaña Oficial de Tratamiento llevada a cabo por la Junta de Extremadura para el año 2019. Gracias a ella, la presencia de la plaga fue notablemente menor con respecto a los tres años anteriores. Según los informes, el grano de arroz comercial de tipo largo tuvo un índice de picado espectacular: un 50 % inferior que en otras campañas.
Con este balance positivo, se recalca la necesidad de desarrollar más campañas de prevención de plaga de la pudenta.