Los GPS en la agricultura no llevan demasiados años implantados pero, al igual que en otros ámbitos, sus beneficios ya se están haciendo notar. Forman parte de la introducción de una mayor mecanización y automatización de las costosas tareas agrícolas que solo pueden conseguirse mediante las aportaciones de la tecnología más sofisticada.
Las faenas del campo siempre han destacado por su complejidad y lentitud. Por eso, contar con la agricultura de precisión agiliza numerosas labores y contribuye a incrementar la eficiencia a la hora de cultivar. A grandes rasgos, permite una disminución de los costes de producción y optimiza el rendimiento, en comparación con el que se obtenía por medio de las técnicas tradicionales.
Por otro lado, los GPS agrícolas tienen dos configuraciones fundamentales. Por una parte, el guiado manual, mediante el que el usuario ha de manejar el vehículo siguiendo las orientaciones de sus herramientas. Por otro lado, el autoguiado, que supone un mecanismo más completo. Dicho sistema posee el control sobre el vehículo y le indica por dónde tiene que circular, de forma que el agricultor puede dedicarse, mientras tanto, a otros cometidos.
Hemos de comentarte que el segundo de los aparatos cuenta con más precisión que el primero. Por consiguiente, implica una notable mejora de la experiencia de usuario. Aparte, descarga de labores al agricultor quien, cuando maneja el GPS de guiado manual, puede acusar el descanso y cometer errores de precisión.
Te contamos los principales beneficios de los GPS en agricultura
A continuación, te relatamos algunas de las utilidades que aporta esta tecnología GPS al sector agrícola. Toma nota:
– En cuanto a la administración de los productos fitosanitarios, indispensable para evitar los efectos de las plagas y enfermedades, el GPS posibilita distinguir entre las áreas que ya han sido revisadas y las que no han recibido todavía su tratamiento.
– El enriquecimiento de la tierra mediante los abonos también mejorará mediante las informaciones acerca de qué terrenos requieren una mayor cantidad de estos productos.
– Por lo que respecta a la cosecha, destacamos la función de recogerla de forma automática, siguiendo un itinerario diseñado previamente.
– El proceso de la siembra puede ser optimizado, dado que el uso del GPS conlleva un ahorro tanto en tiempo como en la contratación de empleados.
– Las labores sobre el terreno, por su parte, también van a ser beneficiadas por este equipamiento. Por ejemplo, la labranza ideada para que el abono contribuya a un enriquecimiento mineral, la cual se realiza antes de la siembra.
– Por último, la plantación en hilera va a resultar más precisa y funcional, puesto que el navegador anticipa los sitios de las plantaciones.
En definitiva, los GPS en la agricultura han llegado para quedarse y estamos seguros de que todavía son susceptibles de aportar nuevas utilidades a los campos.