La cebada es uno de los cultivos más extendidos alrededor del mundo, lo cual hace que existan muchos almacenes y fábricas interesados en comprar y vender este cultivo en nuestro país. Veamos qué variedades existen en su cultivo y qué pasos hay que seguir para hacerlo.
Variedades existentes en el cultivo de la cebada
Actualmente, la cebada puede tener miles y miles de variedades en función de sus características, dada la extensión que tiene este cultivo alrededor del mundo. Sin embargo, podemos distinguir tres variedades generales en el cultivo de cebada:
- Según la época de siembra. Encontramos la cebada de invierno (suele ser la mejor opción, se siembra en otoño y se realiza una parada invernal para que el cultivo pueda espigar) y la cebada de primavera (es una variedad de cebada de ciclo corto, empieza en diciembre y termina en marzo, y ha ganado peso en los últimos años gracias a su productividad).
- Según la morfología de la espiga. Podemos distinguir entre la cebada de seis carreras (espigas con 6 líneas de granos) y la cebada de dos carreras (con dos líneas fértiles de granos, es el tipo más cultivado en nuestro país).
- Según el destino de la cosecha. Las distinguimos en función de su uso: para pienso (para la alimentación animal) o maltera (para fabricar malta y cerveza).
Pasos para el cultivar cebada
Siembra
La duración del periodo de siembra de la cebada es bastante largo, normalmente comienza desde mitad del mes de octubre y suele terminar alrededor del mes de marzo. Eso sí, esto puede variar en función de las condiciones, el tipo de variedad de la cebada o las intenciones del propio agricultor, que debe prestar atención a determinados factores muy importantes:
- Para conseguir un mejor control de las malas hierbas en el cultivo, es preferible sembrar la cebada de forma más tardía.
- En función de la zona en la que te encuentres, es posible que debas adelantar la siembra, por si se da el caso de que la nieve o la lluvia no te permita acceder al cultivo más adelante.
- La siembra de cebada se puede hacer a través del cultivo tradicional, la siembra directa o el mínimo laboreo.
- Para optimizar las tareas del agricultor, es aconsejable sembrar algunas cebadas de primavera y otras de invierno, ya que repartirán en el tiempo las tareas de siembra, cosecha y tratamiento.
Abono
A la hora del abono de la cebada, el potasio es un nutriente esencial a incluir cuando se inicia el cultivo, ya que aporta resistencia al tallo de la planta. Además, la cebada necesita una cantidad óptima de nitrógeno (a aplicar entre el encañado y la floración, o cuando acabe la parada invernal en el caso de la cebada de invierno), pero es importante no aportarla en exceso, ya que puede perjudicar el rendimiento del cultivo. Normalmente, la cebada se cultiva con un abono mineral bajo en fósforo o un abono orgánico, acompañado de un abono de cobertera nitrogenado.
Otros cuidados de la cebada
En nuestro país, la cebada es un cultivo muy resistente a la sequía, pero su rendimiento en zonas áridas es mucho menor a la que se puede dar en lugares con mejores zonas de riego, las cuales generan los cultivos más productivos. Las malas hierbas se pueden controlar a través de herbicidas, y existen pocas plagas que afecten a la cebada (la lema o el pulgón suelen ser las más problemáticas).
Por otro lado, es cierto que las enfermedades fúngicas pueden complicar bastante los cultivos de la cebada, tanto la calidad del propio grano como el rendimiento de la plantación, por lo que es importante valorar la situación y determinar el tratamiento fungicida a seguir en función de las necesidades.
Hemos visto, de forma breve los tipos de cebada que podemos cultivar y cuál es el proceso para realizarlo paso a paso. Gracias a su versatilidad y facilidad de cultivo, es uno de los cereales más comunes en las plantaciones de todo el mundo.