Invertir, ya sea en un negocio, en un inmueble, o en productos específicos como los fondos de inversión o los planes de pensiones es la forma más habitual de sacarle mayor rendimiento al dinero y evitar que la inflación tenga un efecto negativo sobre nuestros ahorros. Sin embargo, cuando invertimos no siempre tenemos la seguridad de que vamos a obtener a cambio un rendimiento, es entonces cuando hablamos de riesgo financiero.
Qué es el riesgo financiero
Es la incertidumbre que existe al hacer una inversión. Cuando ponemos dinero en un negocio o en acciones nadie nos asegura que realmente vayamos a obtener un beneficio. El rendimiento podría ser menor del esperado, podría ser nulo, o incluso podríamos perder el dinero que hemos invertido.
Por tanto, los riesgos de inversión no son otra cosa que la posibilidad de obtener un resultado negativo y perder el dinero o no ganar tanto como esperábamos.
Tipos de riesgos financieros
En función de dónde y cómo invirtamos nos podemos encontrar con diferentes tipos de riesgo:
Riesgo de mercado
Está vinculado con la oferta y la demanda, por lo que es un riesgo con un alcance muy amplio. Influyen en él factores sobre los que no tenemos ningún control, como cambios políticos, sociales o económicos.
Riesgo de crédito
Es uno de los riesgos financieros más habituales y hace referencia a la posibilidad de que un acreedor no reciba el pago por parte de su deudor.
Riesgo de liquidez
La liquidez es la capacidad de personas y empresas para hacer frente al pago de las obligaciones económicas a corto plazo. Si no tenemos dinero en efectivo, o activos que podamos convertir rápidamente en dinero, estamos ante un riesgo de liquidez que nos impedirá pagar las deudas.
Riesgo operacional
Este riesgo es propio de las empresas e implica pérdidas financieras por una mala gestión que puede manifestarse en una falta de capacitación de los empleados, falta de adecuación tecnológica o errores humanos entre otros.
Consejos para evitar o minimizar los riesgos
El riesgo financiero siempre está ahí, pero aplicando una serie de precauciones podemos intentar minimizarlo lo máximo posible. Lo mejor que podemos hacer en este caso es dar los siguientes pasos.
Examinar bien la inversión para ver si es verdaderamente rentable
Tanto si vas a invertir en una empresa, como si quieres comprar un inmueble para alquilarlo o comprar un paquete de acciones, lo primero que tienes que hacer es informarte bien sobre el producto y sobre el mercado. Un inversor bien informado tiene menos posibilidades de fracasar.
Anticípate al futuro
Si te has informado bien es posible que hayas detectado oportunidades que todavía no están explotadas, lo que te puede llevar a ser pionero en inversiones que serán rentables al cabo de un tiempo.
Diversifica tu riesgo
Nunca inviertas todo tu dinero en un único producto o proyecto. Crea un portafolio de inversiones que te permita mantener un nivel aceptable de rentabilidad incluso en aquellos casos en los que algunas de las inversiones fracasen.
Asegura el riesgo financiero
No olvides que puedes protegerte frente al riesgo financiero asociado a determinadas inversiones a través de un seguro. Así, si algo va mal, tienes la certeza de que tus activos están protegidos.